En el ámbito del fútbol nacional, Jesús Ramón Angon Nsue Elá, más conocido como «Bolingo», se destacó como una prometedora figura. Originario de Nkua Ekien Esandón- Ebibeying, su amor por el fútbol fue cultivado desde temprana edad mientras jugaba al fútbol sala con sus amigos en el centro nacional Piloto de Bata.
Su debut en el fútbol once llegó con el Akonangui, donde tuvo participación durante dos jornadas en la temporada 2002/2003. Fue en la inauguración del estadio de Bata donde Bolingo dejó una marca imborrable al anotar dos goles con el Dragón FC contra el Leopard de Congo FC, lo que le valió el reconocimiento de la ciudad.
A lo largo de su carrera, obtuvo 11 medallas como jugador de fútbol sala, y logró destacarse en competiciones como Subcampeón de la Copa de SS.EE y Subcampeón de Liga. Sin embargo, en 2010, durante un importante partido entre Guinea Ecuatorial y Gabón en el estadio de Malabo, una lesión truncó su camino en el fútbol 11.
Desafortunadamente, Bolingo enfrentó numerosos obstáculos en su trayectoria, la falta de apoyo por parte de la FEGUIFUT y las promesas incumplidas minaron su determinación y le impidieron continuar su ascenso en el deporte.
A pesar de ello, Bolingo no se rindió, se ha involucrado en varios proyectos, siendo uno de los más destacados, su licencia como entrenador profesional, un reconocimiento que aún no ha sido otorgado. Además, ha alzado su voz para resaltar la necesidad de brindar mayor apoyo y potenciamiento a las ligas, así como de no desanimar a las nuevas generaciones interesadas en el fútbol en el país.
La historia de Bolingo es un recordatorio del impacto que pueden tener las circunstancias y la falta de respaldo en los sueños de los deportistas. A pesar de enfrentar adversidades, su amor por el deporte y su deseo de promover una buena salud mental a través de él han dejado una huella duradera en su vida.
Mientras reflexionamos sobre el talento y las promesas interrumpidas, es crucial reconocer la importancia de un sistema de apoyo sólido y comprometido para los deportistas de alto rendimiento. Esperamos que la historia de Bolingo inspire cambios positivos en la forma en que se brinda apoyo a los talentos emergentes en el fútbol y en el deporte en general.