Frente a un público estridente en el Stade Charles Konan Banny en Yamoussoukro, Senegal tuvo un comienzo vertiginoso y se adelantó apenas a los 4 minutos.
Un magnífico centro de Sadio Mane encontró a Habib Diallo, quien tranquilamente bajó el balón con el pecho antes de disparar un cohete hacia la esquina superior.
Sorprendidos por el gol tan temprano, los locales poco a poco se fueron adaptando al partido con una interacción ordenada en el mediocampo entre Franck Kessie y Jean Michael Seri.
Ibrahim Sangare representó una amenaza constante en la banda, mientras que los delanteros Sebastien Haller y Nicolas Pepe reforzaron la defensa de Senegal.
Los Elefantes tuvieron lo mejor de la primera mitad, pero a pesar de varios fallos, una pared senegalesa de Kalidou Koulibaly y Abdou Diallo repelió todo lo que les lanzaron. 0-1 al descanso.
Senegal casi duplicó su ventaja a principios de la segunda mitad cuando un esfuerzo especulativo de Ismaila Sarr forzó una parada. Pero Costa de Marfil no se inmutó y siguió presionando.
El partido llegó a un momento crucial en el minuto 86. Pepe irrumpió en el área y fue derribado torpemente por Edouard Mendy.
Después de que el VAR revisó el incidente, Franck Kessie envió fríamente a Mendy por el camino equivocado desde el punto para igualar y hacer que la afición local entrara en éxtasis.
En la prórroga, las ocasiones iban y venían para ambos equipos, pero el marcador se mantuvo igualado. En la tanda de penales, cada equipo anotó sus primeros 4 penales. Pero cuando el disparo de Kalifa Coulibaly salió disparado, Kessie dio un paso al frente para estrellar el tiro ganador, culminando un cambio notable para los anfitriones.
Después de una fase de grupos desastrosa, Costa de Marfil demostró una enorme resiliencia y espíritu para destronar a Senegal, que tendrá que renunciar a su título. Los Elefantes siguen adelante, la redención completa.
Pocos dieron esperanzas a los Elefantes de cara a este choque de octavos de final contra un Senegal repleto de estrellas.
Pero liderados por el capitán Serge Aurier, los enérgicos anfitriones lucharon hasta el final y aprovecharon la suerte en ocasiones contra oponentes despilfarradores.
Este resultado deja el torneo completamente abierto. Los campeones defensores están eliminados y los anfitriones poco atractivos avanzan con estilo dramático.